24 mar 2010

APRENDIZ



Quizá el insensible tacto de aquel tiempo no vivido
nos conozca,
nos ame y nos haga fuertes,
nos odie y frío y tardío
nos olvide.

Quizá sólo tuyo y mío el miedo al ciego silencio
de sufrir
nos recompense
por esta ausencia sombría
de pasillos sin salida
que hoy heridos se arrepienten.

Tal vez bajo el dulce encanto de esta magia
me refugie
viene y va ínfima y muda brevedad cada estación
distancia en cada vacío
que inunda nuestro vagón .

Soy viajero de una infancia que tal vez
nunca existió
acaso ciego acordes,
mudo tiempo
extraño amor.

Hoy los hilos de la vida
me enhebran tras las murallas
de polvo de tinta y tiza
que encubren nuestras miradas.

Nunca diremos siempre
más siempre seremos nada.
Allí quedó el frío invierno
tras las fronteras del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario